Vive la Experiencia Única de los
Pueblos Mágicos de Querétaro
Vive la Experiencia Única de los
Pueblos Mágicos de Querétaro
Descubre Tequisquiapan, un rincón encantador en el semidesierto queretano. Aquí, la tranquilidad abraza cada rincón y el bullicio de la ciudad se desvanece. Calles estrechas, ventanas adornadas con hierro forjado y bugambilias en flor te transportarán al México antiguo. Artesanos que tejen magia con vara y mimbre, mineros de ópalos, productores de queso y vino llenan este lugar de autenticidad, color y magia.
Sumérgete en la esencia chichimeca de Peña de Bernal, un rincón donde el tiempo parece detenerse y la vida se vive sin prisa. El imponente monolito acompaña tus pasos, irradiando paz y misterio, mientras las calles se llenan de dulces, textiles de lana y sabores únicos. Tercer monolito más grande del mundo, es un símbolo de vitalidad para los pobladores. Sus cuevas guardan secretos de la antigua cultura chichimeca, y en lo alto, los intrépidos escaladores descubren vistas únicas.
La Magia y Tradición se entrelazan en los valles que se abren paso entre el semidesierto y surge Amealco, un Pueblo Mágico lleno de colores y tradiciones que te invita a explorar sin prisa. Aquí nacieron las famosas muñecas de tela llamadas LELE, símbolo artesanal y patrimonio cultural de Querétaro. Sumérgete en la esencia de Amealco en el Festival Nacional de la Muñeca Artesanal y maravíllate con la observación de estrellas en el Cerro de Los Gallos. Y no te vayas sin probar el delicioso pan de pulque. ¡Cada rincón tiene su propia magia en este Pueblo Mágico!
En el corazón de la Sierra Gorda, Jalpan despliega su historia y belleza natural. Este pueblo es un regalo de la cultura pame y la cocina huasteca, que desafía al olvido. Aquí, el camino te lleva a las misiones creadas por fray Junípero de Serra, y a las maravillas naturales que florecen a su alrededor: cuevas, ríos, cascadas y lagos que te cautivarán una y otra vez.
Las misiones construidas por indígenas pames bajo la guía de frailes franciscanos simbolizan la última etapa de evangelización en México. Sus fachadas barrocas son una joya del mestizaje y están protegidas por la UNESCO como Patrimonio Cultural de la Humanidad.
Descubre Tequisquiapan, un rincón encantador en el semidesierto queretano. Aquí, la tranquilidad abraza cada rincón y el bullicio de la ciudad se desvanece. Calles estrechas, ventanas adornadas con hierro forjado y bugambilias en flor te transportarán al México antiguo. Artesanos que tejen magia con vara y mimbre, mineros de ópalos, productores de queso y vino llenan este lugar de autenticidad, color y magia.
Sumérgete en la esencia chichimeca de Peña de Bernal, un rincón donde el tiempo parece detenerse y la vida se vive sin prisa. El imponente monolito acompaña tus pasos, irradiando paz y misterio, mientras las calles se llenan de dulces, textiles de lana y sabores únicos. Tercer monolito más grande del mundo, es un símbolo de vitalidad para los pobladores. Sus cuevas guardan secretos de la antigua cultura chichimeca, y en lo alto, los intrépidos escaladores descubren vistas únicas.
La Magia y Tradición se entrelazan en los valles que se abren paso entre el semidesierto y surge Amealco, un Pueblo Mágico lleno de colores y tradiciones que te invita a explorar sin prisa. Aquí nacieron las famosas muñecas de tela llamadas LELE, símbolo artesanal y patrimonio cultural de Querétaro. Sumérgete en la esencia de Amealco en el Festival Nacional de la Muñeca Artesanal y maravíllate con la observación de estrellas en el Cerro de Los Gallos. Y no te vayas sin probar el delicioso pan de pulque. ¡Cada rincón tiene su propia magia en este Pueblo Mágico!
En el corazón de la Sierra Gorda, Jalpan despliega su historia y belleza natural. Este pueblo es un regalo de la cultura pame y la cocina huasteca, que desafía al olvido. Aquí, el camino te lleva a las misiones creadas por fray Junípero de Serra, y a las maravillas naturales que florecen a su alrededor: cuevas, ríos, cascadas y lagos que te cautivarán una y otra vez.
Las misiones construidas por indígenas pames bajo la guía de frailes franciscanos simbolizan la última etapa de evangelización en México. Sus fachadas barrocas son una joya del mestizaje y están protegidas por la UNESCO como Patrimonio Cultural de la Humanidad.